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por Luciana Saddi

Perfil Luciana Saddi é psicanalista e escritora

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Em defesa de Rafa Nached

Por Luciana Saddi
08/02/12 20:00

Eis o discurso que a psicanalista, Julia Kristeva, pronunciou em defesa de Rafa Nached, psicanalista presa pelas autoridades sirias, desde princípio de setembro. 

Consideramos que a violência perpetrada contra esta psicanalista interessa aos que lutam contra as forças que repudiam a liberdade de todos os seres humanos. 

 

1 JULIA KRISTEVA

Rafah Nached

No podríamos haber hallado un mejor y renovado impulso para el homenaje rendido a Lacan que el de profundizar este encuentro –surgido en la actualidad más candente- entre el psicoanálisis, la política y las mujeres. Nos encontramos en un momento que debemos llamar histórico, para el psicoanálisis, para la política, para las mujeres y que, ciertamente, dará lugar a numerosos combates, reflexiones, coloquios, seminarios, acciones y páginas futuras…Gracias por haberme invitado a comenzar esta reflexión, y permítanme algunos minutos para esbozar algunos trazos, antes de abordar lo esencial: el frágil genio femenino de la psicoanalista siria Rafah Nached.

                       1. No puede haber política del psicoanálisis. El psicoanálisis es la experiencia íntima por excelencia, Freud y Lacan no dejan de decirlo, cada uno a su manera, única. Por el contrario, la escucha del serhablante (también traducido como parlanteser) es esta revolución copernicana de los valores y de las normas que abre nuevas posibilidades de vínculo con el otro, las que constituyen la esencia misma de la política.

Considerando que la escucha del inconsciente devela la singularidad del ser hablante, es inevitable que el psicoanálisis se encuentre con esta preocupación central del 3º milenio que definiré así: ¿qué sentido otorgarle a la singularidad, que devino sinónimo de felicidad por la libertad? El psicoanálisis es llamado a responder a esta pregunta. ¿Por qué? Porque el descubrimiento freudiano del inconsciente transfirió las ambiciones religiosas y filosóficas de un Occidente preocupado por los derechos humanos al corazón mismo de la racionalidad científica. Y este enfoque, nuestro enfoque psicoanalítico de lo humano, se opone tanto al pseudo humanismo dispuesto a blindar al enfermo en un caparazón de trabajador a evaluar, como al terror que propagan los integrismos políticos o religiosos, así como también a ciertos empeños cientificistas.

Rafah Nached es testigo de esta resistencia, cuando intenta darle la palabra al miedo frente al régimen sirio.

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                        2. ¿Es una resistencia de mujer? ¿De feminista? ¿Qué es el feminismo? ¿Qué es una mujer? Lejos de mí la ambición de introducirlos en este continente complejo, sobre todo –ya lo habrán comprendido- es la singularidad de Rafah Nached la que deseo poner en evidencia, su singularidad como mujer psicoanalista en una cultura específica. Después de las sufragistas y antes del interés del movimiento feminista en el psicoanálisis con el impulso de Mayo del 68, fue Simone de Beauvoir la primera en abrir un puente entre el movimiento por la emancipación de las mujeres y el inconsciente. No se lo dice suficiente. No sólo hacia el final de su vida (en Tout compte fait, 1972) escribe que Freud es “uno de los hombres de este siglo que /ella/ adora fervorosamente”. Pero, a pesar de las críticas (basadas en faltas de comprensión) que le dirige al psicoanálisis, a partir de Segundo sexo (1949) es en el psicoanálisis de donde ella extrae la idea fundadora de su libro que sonó como una cachetada al establishment y que aún hoy molesta. El “sexo”, dice ella en esencia, al referirse al “punto de vista del psicoanálisis” (p.80 del libro), “es el cuerpo vivido por el sujeto”. “No es la naturaleza la que define a la mujer: es ella la que se define retomando la naturaleza bajo su responsabilidad en su actividad”. Beauvoir toma también bajo su responsabilidad la refundación freudiana del dualismo metafísico cuerpo/alma, carne/espíritu, naturaleza/cultura. Considerando al “sexo” como una “psicosexualidad”, el existencialismo se muestra más cómplice de Freud que muchos fenomenólogos que acusan al doctor vienés de “biologizar la esencia humana”. Es Lacan el que va a radicalizar esta refundación de la metafísica, mientras que la ambivalencia de Beauvoir nutriría la avalancha de un cierto feminismo, sobre todo en los Estados Unidos, contra el psicoanálisis. Sin embargo y a contrario, estos malentendidos suscitaron también movimientos que intentan informarse mejor respecto de la actualidad psicoanalítica y que debían conducir al nacimiento de Psychanalyse et politique (Psicoanálisis y política) en Francia. Y sobre todo, la teoría y la clínica psicoanalítica contemporáneas están desarrollando un análisis sin precedentes de la sexualidad femenina, y más recientemente, de la pasión, o de lo que yo llamo la “reliance” materna.

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                        término mezcla de: religar, reunir, juntar, poner junto; pero también adherir a, pertenecer a, depender de; y, en consecuencia, confiar en, confiarse a, reunirse, pertenecerse. Considera la reliance como una economía específica de la libido, ni represión ni sublimación. Considera que el erotismo materno torna la fijación de la pulsión de vida y de la pulsión de muerte problemática y disponible y las porta como una “estructura abierta”, ligada a los otros y al entorno. Pone este concepto en relación con el más estudiado del lado del niño, el de lo transicional, donde se elabora, afirma, la autonomía del futuro sujeto. Julia Kristeva afirma: “A este erotismo específico que mantiene la urgencia de la vida hasta los límites de la vida, yo lo llamo reliance”.(Notas tomadas y traducidas de la página oficial de Julia Kristeva, del texto: ”La reliance ou de l’érotisme maternel” presentado en el Congreso de psicoanalistas de lengua francesa, 5 de junio de 2011)

 

                        3. El fenómeno Rafah Nached se inscribe en esta historia y se ubica en el nuevo contexto de la globalización . Insistiré en primer lugar sobre la fase social de su búsqueda y de su acción, que condujo al escándalo contra el cual hoy protestamos enérgicamente. Agregaré, para terminar, la dimensión más secreta de su clínica y de su pensamiento, tal como aparece en los textos publicados por la revista Topique nº 110, 2010 y Psychanalyse nº 21, 32011.

                        I. “No tengan miedo”

 Considerando que no existe aún ningún cargo pronunciado oficialmente, se supone que es a causa del grupo de palabra que Rafah Nached conduce todos los domingos con los jesuitas de Damas, que ella es sospechada de atentar contra la seguridad del país. Estas reuniones abiertas para todos los ciudadanos están destinadas a ayudar a los sirios a superar el miedo. En sus artículos publicados en francés (cf. Topique) Rafah Nached señala que, después de haber estudiado psicología clínica bajo la dirección de Sophie de Mijolla-Mellor en París-Diderot, trabajó en un “hospicio de ancianos”, “un medio en el que vivían personas que presentaban una mezcla increíble de psicosis, epilepsias, histerias, retrasos mentales, incapacidades físicas que abarcaban todas las franjas etarias, desde los 2 años hasta la vejez”. Prosigue con su arduo trabajo en Damas en Centros para discapacitados mentales en los que intenta crear “un espacio de la palabra para ayudar /a esas personas/ a aceptar las discapacidades a las que se encontraban enfrentados y a considerar a los niños como seres sensibles y heridos por su discapacidad”. En definitiva, lentamente, su consultorio se transforma en un “lugar de palabra y de escucha para personas que sufren esta interdicción” que, según Rafah Nached, caracteriza el clima social de su país: “en el exterior, afirma, la

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palabra libre está prohibida, lo que obliga a mil y un rodeos para expresar algo un poco personal. También resulta muy difícil decir o expresar un “no”, y esto en todos los niveles, es un aspecto cultural”. (el subrayado es mío, J.K). Su consultorio psicoanalítico se transforma entonces en “un lugar donde el yo puede existir mientras que en el exterior está tachado. Un lugar donde uno puede tomar distancia respecto de la familia, del trabajo, de la sociedad donde reina la fusión” (art. de enero de 2010, en Topique).

Frente a los retrasos de la psiquiatría en Siria, frente a las dificultades que encuentra para introducir el psicoanálisis en un medio dominado por el conductismo, frente al miedo de decir “Yo” y “no” en un país en el que la tradición no incita a la palabra singular, y además bajo un régimen de violencia y de represión graves, Rafah Nached, primero junto a un jesuita francés, luego a un jesuita holandés, y a algunos otros entre los que se encuentra un joven jesuita sirio que tuvo el coraje de criticar a la jerarquía de la iglesia cómplice del régimen de Damas (en un texto publicado en agosto de 2011 en un diario sirio), y muy precisamente en el lugar de las plegarias de los jesuitas de Damas- emprendió un trabajo de terapia de grupo, fundado en el psicodrama, con un colega jesuita y psicoanalista a su vez.

¿Qué dice este acto, en su origen estrictamente clínico? Dice: “No tengan miedo”.

Me entendieron bien, estoy trazando una comparación entre el trabajo analítico de Rafah Nached y…las palabras de Juan Pablo II que desencadenaron Solidarnosc –antes de conducir, con su impulso y como consecuencia de una serie de cuestiones económicas, políticas y sociales a la caída del bloque comunista mismo. Mi enfoque corre el riesgo de disgustar a muchas personas en esta sala. Lo sostengo. Comparar no es razonar. Sin establecer equivalencias entre los psicodramas de Rafah para tratar el miedo, y el llamado de un Papa en Polonia, pero al mismo tiempo sugiriendo una semejanza, la figura retórica mantiene las irreductibles diferencias entre los dos campos: Siria y Polonia, Rafah y JP2. Esta paradoja que produce estupefacción, los invita a transformar el vacío de pensamiento, no en agresividad sino en ese deseo de significación que llamamos curiosidad psíquica. Es lo que Rafah intenta hacer surgir en aquellos que tienen miedo.

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 No tengan miedo, ustedes pueden saber y decirlo, “Scilicet”, afirma…pero en árabe.

Es con esta frágil llama, la curiosidad psíquica, que Rafah se levantó frente al poder sirio. Y es la misma llama que intento mantener encendida hoy en nosotros, para que podamos ofrecerle un futuro a este acto modesto, escandaloso, que es la clínica de Rafah, y que molesta a todo régimen dictatorial.

II Seamos honestos. Nadie sabe qué sobrevendrá a la dictadura actual. Somos muchos los que tememos que la revuelta libertaria conduzca al poder a un integrismo en principio insidioso y a la larga virulento.

Y es precisamente a este temor que se dirige otro aspecto del trabajo de Rafah Nached: su búsqueda que reanuda con el largo proceso de traducción del vocabulario psicoanalítico (el de Freud y el de Lacan) en lengua árabe y que intenta dinamizar; luego, su tentativa de interpretar a la luz del psicoanálisis la experiencia religiosa del Islam.

Nos encontramos aquí en el corazón de la amenaza integrista que la política no puede resolver únicamente mediante leyes, medidas económicas ni siquiera con campañas de guerra más o menos consentidas por la O.N.U. Conviene retomar la ambición de Nietzsche quien, dirigiéndose a los “canallas de la plaza pública” al tomar en serio “la muerte de Dios”, plantea “un gran signo de interrogación en el lugar del mayor valor”, es decir en el lugar de Dios. En otras palabras, se trata de perseguir sin tregua “la transvaloración de los valores”, forzosa y tradicionalmente religiosos. El psicoanálisis, más que cualquier otra ciencia del hombre, se encuentra ubicado en el corazón de nuestras singularidades específicas, donde esta transvaloración concierne la intimidad de cada uno, de cada una.

 El trabajo que Rafah Nached llevó a cabo desde esta perspectiva es aún embrionario, tímido, tembloroso. “Un estremecimiento”, me dijo Jacques Alain Miller cuando le hablé de ello por teléfono. Pero este trabajo está en curso, y para mí, representa la parte más impresionante, la más prometedora del fenómeno Rafah.

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                     A. Después de haber recordado los trabajos de Moustafa Safouan,

 Moustafa Hijazi y Sami Ali traduciendo a Freud y a Lacan al árabe, el grupo que se encuentra alrededor de Rafah Nached, que retoma este esfuerzo se dice “atormentado por reencontrar la inhallable palabra adecuada portadora de sentido en el idioma árabe”; necesitamos “hacer nacer el psicoanálisis en la lengua árabe”; “vivimos el psicoanálisis como metáfora de la traducción y la traducción como metáfora del psicoanálisis”; “hemos descubierto que el psicoanálisis es un trabajo de civilización, es decir, de vida”, “que gira en torno de la relación con la lengua árabe”; “la sociedad no entró al posmodernismo”. Y es aquí que cae este descubrimiento, que tal vez sólo una mujer podía subrayar con tanta fuerza, escuchen: contrariamente al idioma alemán de Freud (y al francés de Lacan), donde las metáforas sexuales son tan ricas y abren un acceso directo al inconsciente, “en la lengua árabe, las metáforas (relativas a la sexualidad) se sitúan en el campo de la muerte” (en Topique, p.124). O, también, buscando diagnosticar lo que el analista escucha de específico en Damas y, en particular, “por qué este miedo frente a la palabra psicoanalítica”, Rafah Nached escribe lo siguiente: “El psicoanálisis se encuentra, tal vez, entre el rechazo de la sexualidad en el sentido general del término y el lenguaje esotérico de la divinidad (“Dire l’indicible”, en Psychanalyse, 21).

                        B. Comprenden ustedes, los temores que esta mujer analista intenta escuchar, van mucho más allá que los temores de un régimen político: están encerrados en la actitud religiosa.

Sin embargo, Rafah Nached no los ataca frontalmente. No apunta a los pañuelos o a las burkas, al encierro de las mujeres o a los llamados djihad. Frente a las prácticas religiosas del Islam, Rafah y su grupo se interesan en el sufismo porque allí se desarrolla la profundización psíquica del vínculo amoroso entre Yo y Tú: “¿Traición o amor?” Bajo este título, es al vínculo amoroso entre el místico y su Dios, en Hallaj (un célebre místico rebelde del siglo XII), que R. Nached dedica un estudio sucinto en la revista Psychanalyse (“Tasin…”, nº 21, 2011): a su “experiencia interior” que entra en resonancia tanto con el texto de G. Bataille como con el “aparato psíquico” freudiano o las “topologías” de Lacan. Aunque visiblemente

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 dependiente de los trabajos de Henry Corbin y de Louis Massignon, la psicoanalista anticipa prudentemente una interpretación de la ambigüedad de este amor místico que une al Yo con su Gran Otro. A la vez unión ilusoria (con Allah) y rebelión diabólica (del lado de Iblís), la fe del sufista aparece como el súmmum de la fantasía en la que el sujeto se identifica con la omnipotencia del Otro, para revertirla hasta dominarla en la “père-versión” que culmina en la omnipotencia de Sí. Pero este vínculo ambivalente prosigue también en la superación del síntoma en sí mismo, por la aceptación del des-ser (désêtre) y de la frustración, hasta el goce del desprendimiento y de la eliminación de sí, así como de todo poder. Por otra parte, la posición sacrificial, la feminización del alma islámica en su subordinación a la divinidad que sería el único masculino, la cuestión del goce “otro” (ni hombre ni mujer, “pura subjetividad”, sin ser necesariamente exterminador al modo de Al Qaeda) son esbozadas en el artículo “Dire l’indicible” “Decir lo indecible” (Psychanalyse, 21, 2011). En conclusión, es “al pasar por la mística y su relación con el goce, que el lenguaje (¿de Lacan?, ¿del psicoanálisis?) puede ser comprendido y aceptado por nosotros”, resume Rafah Nached en Topique (p.126)

 Leo esos trabajos como el inicio de una vía que nuestros colegas sirios intentan abrir, no para estigmatizar la experiencia religiosa, sino para cuestionarla. Analizarla, reconstruirla, infinitamente. ¿Es una razón suplementaria poner a esta mujer en prisión? Evidentemente. Pero, apuesto a que los carceleros no lo saben. Y estos avances sólo pueden reforzarse, a pesar y en contra de la persecución que se abate sobre Rafah.

En fin, el grupo de Rafah Nached insiste en señalar que permanece atento a las “nuevas enfermedades del alma” producidas por la actualidad. Trabaja, por ejemplo con refugiados iraquíes: sus dolores, choques y violencias, sufridas o ejercidas; y busca “hacer emerger algo que proviene de nuestra lengua, de nuestra cultura”, afirman estos colegas, citados por Rafah. “No queremos hacer del psicoanálisis un imperio cuya capital sea París”

Entiendo el orgullo y la ambición de este proyecto y de esta crítica y propongo lo siguiente:

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El jury Simone de Beauvoir para la libertad de las mujeres que creé en 2008 y que distinguió a 6 mujeres excepcionales de la India, de Somalia-Países Bajos, de Irán, de China e incluso de Rusia, se reunirá la semana que viene para elegir la laureada del premio 2012 que será entregado el 9 de enero en Les Deux Magots, en París. Será probablemente una mujer de Magreb o de Mashrek. Quisiera someter a la reflexión del Bureau que Rafah Nached sea nominada, aunque ya tengamos las candidaturas de muchas mujeres destacables y cuya obra es cuantitativamente más importante, cualitativamente más accesible

Junto a esto, el fenómeno Rafah Nached me conduce a proponerles que nuestro Fórum de mujeres se prosiga en un Fórum permanente sobre el tema “El Psicoanálisis en la diversidad cultural”. Podremos llamarlo Fórum Rafah Nached: el psicoanálisis en la diversidad cultural . Reunirá regularmente a psicoanalistas franceses con otros, surgidos de diversas tradiciones culturales que hoy se extinguen o se combaten en el planeta. Tendrá como objetivo estimular la transvaloración de las tradiciones que habitan el inconsciente: esta transvaloración que considero como la única oposición radical al miedo y a la trivialización. Con un poco de suerte, un Premio otorgado por ese Fuero, y que lleve el nombre de Rafah Nached, podría recompensar la excelencia de una obra clínica o teórica que contribuya a desarrollar el psicoanálisis en el clima crítico de la globalización.

 La liberación de Rafah Nached que nosotros exigimos, será nuestra respuesta al miedo, y a aquellos que pretenden callar a esta mujer que intenta decir lo indecible.

 Julia Kristeva 09 10 2011

 

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